A la tercera va la vencida
Tomando un sorbo de mi maravilloso cappuccino, llega a mí el recuerdo del capítulo más recurrente de los que me ha tocado vivir, porque seamos honestas, ¿quién no ha dado una segunda oportunidad a ese hombre que pudo haber dado más pero que las circunstancias no lo acompañaban? Pues sí, y eso de que segundas partes nunca fueron buenas no es del todo cierto, puede que incluso muchas sean mejores que la primera, ya sea por el tiempo, la experiencia o la comodidad. En lo personal no me arrepiento de haberme decidido por volver a intentarlo, pero estaba claro que aquello no había funcionado por algo, solo que a veces no queremos ver que la situación no ha cambiado tanto como pensábamos. Sin embargo, me enorgullece decir que después de aquella segunda ruptura, se convirtió en mi mejor amigo, aquello que definitivamente estaba destinado a ser, pues como pareja no funcionábamos ni en la teoría ni en la práctica. Quizás por momentos me arrepiento de haberme arriesgado a cargar con esa cruz, como cuando suena el teléfono a las tres de la mañana porque tuvo una riña con la novia…otra vez, y necesita de mis consejos para al final pasar olímpicamente de ellos y hacer lo que le viene en gana. Pero para eso estamos las amigas y aunque a veces me pregunte cómo es posible que yo haya soportado en total 8 meses de mi vida con una persona que me saca de quicio, respiro, me apiado de la pobre criatura que lo aguanta en su cama hoy y se me pasa.

Comentarios
Publicar un comentario