El que persevera, aburre
En esta ocasión, no me atrevo a decir que muchas de ustedes sean capaces de simpatizar con la situación que les presento hoy; pues soy consciente de que todas tenemos gustos diferentes en lo que a cortejarnos se refiere. Sin embargo, debo manifestar mi punto de vista respecto a esos hombres que llamaré, dulcemente, “insistentes”, con los cuales me he tropezado en múltiples oportunidades.
Imaginemos algo: te levantas un día como siempre, despeinada y buscando a ciegas las gafas en la mesita de noche, te lavas la cara y te arreglas para salir al mundo a enfrentar otro caluroso día en la ciudad. De la nada, las circunstancias te llevan a conocer a un hombre atractivo, simpático y de trato fácil que entre miradas y coqueteos te deja claro que sus intenciones van más allá de preguntarte la hora o tomarte la orden, y con el paso del tiempo, y los encuentros, descubres que no te es indiferente. ¿Qué puede impedir que te lances a la aventura, marinera? Bueno, esa vocecita de abstracta inteligencia que solemos llamar intuición. Así es, tu cuerpo dice fuego, pero tu mente te susurra que por alguna cósmica razón que nunca será capaz de explicarte, no deberías porque es muy probable que te arrepientas. Entonces tomas la sabia decisión de no inmiscuirte con esa persona y ¿cómo responde el susodicho? Jodiendo. No tiene otra denominación, insistir e insistir hasta que por cansancio digas que si o le pongas una orden de alejamiento. Es admirable lo seguros que están algunos de sí mismos, hasta el punto que duermen tranquilos en las noches con la certeza de que mañana, cuando pregunten por quincuagésima vez, accederás por fin.
Perdonen mi brusquedad, pero a mí eso me aburre. Yo decido con quien me acuesto, cómo y cuándo lo hago y si digo que no, es que no. Soy una mujer poco paciente y a la tercera vez que tengo que rechazarte puedo ser un poco cruel, así que, por favor, entienda cuando detenerse y si tienen algún problema con mi negativa diríjase al buró de información para que le entreguen un formulario de quejas y sugerencias y le indiquen el camino más corto a la mierda.

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