La primera vez no vale la pena. Parte II
A ver, si la vale, si te afilias al viejo refrán de que “En los que esperas al adecuado, diviértete con el equivocado”. Y es que, aunque muchas veces al decir esta frase lo circunscribamos a aquel momento de la primera experiencia sexual, ciertamente el plano sentimental está lleno de inicios y a veces tristemente de finales. Pero como no quiero ganarme la enemistad de mi colega de blog, con quien acordé dedicar mi parte del capítulo a mi pintoresco primer contacto piel adentro, aquí les va:
Era mi primer novio, pero no era un novio cualquiera, no. Además de estar unidos por razones más allá del amor, nos separaba la pequeña distancia de una década. Así que, si estamos hablando de sexo, es lógico esperar que alguien que te supere en años, también lo haga en experiencia, ¿verdad? ¡Error!- y no lo digo en tono histérico, pero es que una se espera otra cosa, no alguien que se encuentre con un himen flexible y piense que acaba de seducir a la virgen de los siete velos (o de los nueve, ya no me acuerdo). En fin, más allá del desastre de imitación de carnicería que terminó siendo aquella primera ocasión, después dimos rienda suelta a la imaginación, y hago la acotación: de una adolescente y un muchacho que poco tiempo después encontró la llave que había perdido, para salir del clóset.
Mell

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