Máster class



Este capítulo iba inicialmente a referirse a Tinder pero después de la noche anterior decidí lo cambiaría por un poco de educación. ¿Cuántas veces has tenido un chat caliente con el hombre que te gusta? A veces ni siquiera es por su físico, pero el sexo de sus palabras es tan arrollador que mientras alguien te escribe y te describe determinadas acciones y comportamientos, la película en tu cabeza dista mucho del porno comercial, y transcurre desde el sexo vainilla, el BDSM, tríos, orgías hasta la modalidad más enrevesada posible de darse placer. Todo depende de la imaginación. Saber qué hacer y cómo hacerlo en esas circunstancias lleva una "capacitación" que además debe garantizar no aburrir ni aburrirse en el proceso, ¡y repetir!
¿Ah pero qué pasa cuando la historia la cuenta una mujer? Desde mi experiencia, no hay nada como enseñar a amarse a un hombre. Y no me refiero a problemas de autoestima, sino a amor del bueno. La masturbación es la primera manifestación sexual de amor propio.
¿Me vas a decir que ya te masturbas antes de conocerme? Pues claro.- Y que lo seguirás haciendo después de mí pues también, pero seguro que nadie te ha hecho ni te hará disfrutar de una masturbación como yo. ¿Y cómo lo sé?
Primero: porque existo, me conoces y sabes cómo y quién soy
Segundo: porque el juego me excita y haré todo lo posible por incitarte siempre a jugar conmigo, si estás en la oficina, en medio de una reunión, de viaje, comiendo con tus padres,  en el teatro, en el cine, con tus amigos, conduciendo; es que me encanta saberte cachondo por mí, aunque sé que a veces resulte inapropiada, me encanta que puedes leerme, mirarme, oírme, pensárme tuya cuando estás muy agobiado, aunque yo no lo sea. Pervertida sí, ninfómana no.
Tercero: porque además de un buen culo,  también soy un cerebro muy interesante...

Un  buen día un hombre maravilloso me enseñó, a 3000kms de distancia, que "para quererte no necesito tenerte". De lejos tengo tantas maneras de tocarte

Mell

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